Los valores impregnan la persona dado que son profundamente vinculados a su nacimiento y a su desarrollo.
Un valor es una calidad que puede ser atribuida a una realidad física, corporal, estética, intelectual, moral, social, económica, política o espiritual en función de un orden de significación y de juicio que está en parte vinculado al espacio y al tiempo, lo que le hace susceptible de evolucionar. No obstante, esto no abre la puerta al relativismo ético que conduce al individualismo, totalmente alejado de nuestra concepción de la persona.
Consideramos indispensable que la persona no se vea encerrada en un sistema pre-establecido y que la sociedad ayude a adherir libremente a los valores que percibe.