La contemplación es una actitud dinámica: distanciándose de su objeto, permite recibir sin prejuicios e integrar, dentro de una jerarquía de valores, las llamadas de la naturaleza, de las personas o de los acontecimientos contemplados.
Es vinculada a la actividad artística.
La contemplación es la búsqueda permanente del equilibro entre la vida interior y el dinamismo del mundo.
En esto, se opone al activismo, que constituye una huida de la acción.